Los científicos han descubierto que la alternancia de la luz diurna y la oscuridad afecta a nuestra salud de formas sorprendentes. Ciertos estudios revelan que los ciclos diarios de luz regulan determinados ritmos biológicos básicos en los animales y seres humanos, debido a las respuestas químicas que se producen en nuestro organismo.
La glándula pineal (en comunicación directa con el hipotálamo) segrega una sustancia denominada melatonina. El descubrimiento de esta sustancia ha permitido afirmar que la glándula pineal (glándula principal productora de esta sustancia) es el reloj biológico que controla el envejecimiento, y que la producción diaria de melatonina por parte de esta glándula establece el ritmo básico de vida para cada órgano, cada tejido y cada célula del cuerpo.
Luz y oscuridad.
La producción de melatonina es regulada, en buena parte, por el ciclo de luz y oscuridad (conocido como ciclo circadiano). La glándula pineal está conectada con los ojos, y la oscuridad sirve de señal al organismo para empezar a producir melatonina. El sueño, por la noche, se debe a que la glándula pineal ha comenzado a verter melatonina al flujo sanguíneo, donde inicia los cambio fisiológicos que nos preparan para el sueño: el ritmo cardíaco y la digestión se ralentizan, la temperatura corporal y la presión sanguínea disminuyen, la atención se reduce. Al amanecer, la luz que penetra por la retina del ojo interrumpe la producción de esta sustancia considerablemente. Estos cambios químicos inducen a la actividad durante el día (luz) y a la relajación y sueño durante la noche (oscuridad).