La materia tiene propiedades eléctricas y magnéticas.
Existe una correlación entre el campo eléctrico y el campo magnético, de forma que están tan interrelacionados entre sí que se pueden considerar como dos aspectos de una misma realidad: el campo electromagnético.
El campo electromagnético
El campo electromagnético se propaga por el espacio (vacío) a la velocidad de la luz. Y las características de la propagación son como las del fenómeno ondulatorio. El campo eléctrico y el magnético se propagan perpendiculares entre sí. Al cambiar el medio, cambia también el valor de ambos, y con ello la velocidad de la propagación. Es decir, que las ondas se refractan.
Para que un objeto pueda ser visto, o sea, que produzca sensaciones visuales, hace falta cierta cantidad de luz, que llegue desde él hasta el aparato visual.
La luz necesaria para que esto se verifique procede de ciertos cuerpos naturales o artificiales que se denominan fuentes luminosas.
El sol y otros astros, las sustancias combustibles, etc. constituyen fuentes luminosas. Evidentemente, los cuerpo que no disfrutan de esta propiedad luminosa sólo son visibles cuando están iluminados.
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La luz se propaga en forma de ondas en todas direcciones.
La luz, que se propaga en forma rectilínea, recorre ciertas líneas imaginarias, en forma de ondas, en todas direcciones, a las que se denomina rayos luminosos.
Toda la gama de rayos (visibles y no visibles) se denomina espectro electromagnético. El espectro de la luz ocupa tan solo una banda en el amplio espectro de las radiaciones electromagnéticas. El espectro electromagnético se mide en metros, y se clasifica según la longitud de onda propia de cada radicación.
Las radiaciones que no son filtradas por la atmósfera se utilizan para fines prácticos.
Aunque las radiaciones son muy diferentes unas de otras, tienen todas unas características en común: - Se comportan como ondas que irradian desde sus fuentes en todas direcciones.
- Viajan por el espacio a una velocidad aproximada de 300.000 kilómetros por segundo.
Las ondas de televisión tienen un metro de longitud, mientras que las ondas de luz visible tan sólo tienen media millonésima de metro (0,0000005 m.). Para evitar tener que utilizar números tan largos se mide habitualmente en nanómetros, abreviados nm. Un nanómetro es igual a 10^-9 m. (o sea 0,000000001 m.)
Las longitudes de onda visibles se sitúan alrededor de los 370 nm a los 760 nm. Del violeta al rojo.