Amarillo, -color prohibido- en España

El contexto cultural va dando forma y significado a lo que vemos. Y esto también lo hacemos con los colores en un complejo proceso de identificación de indicios, señales y símbolos. Interpretamos los estímulos visuales y los transformamos en cosas a las que damos sentido.

En las sociedades industriales el color es un elemento importante de los sistemas de codificación que contribuye a facilitar la circulación por los espacios y el uso de las cosas. En algunos casos hay colores que tienen un significado estable en distintos sistemas, pero a menudo la interpretación está absolutamente ligada al contexto.

Los colores pueden hacernos sentir infinidad de emociones, que además pueden ser diferentes para cada persona según sus propias experiencias. Los significados del color se han ido modificando a lo largo de la historia.

Llamamos vino blanco a un vino que es amarillo y rouge (tinto) a un vino que de rojo no tiene casi nada». También calificamos de negra una uva que es morada y de blanca una uva que es verde o amarilla. Esta diferencia entre el color real y el color nombrado a propósito de productos que tienen una fuerte dimensión simbólica y antropológica, como el vino y la uva, nos recuerdan hasta qué punto los colores son ante todo códigos sociales, convenciones y etiquetas. Su función principal es distinguir, clasificar, asociar, oponer, jerarquizar. El vino y la uva recibieron sus etiquetas de color hace mucho tiempo, cuando solo se utilizaban tres colores —el blanco, el rojo y el negro, los tres colores básicos en la civilización occidental como en la mayoría de las civilizaciones— para organizar dichos códigos. Al calificarlos con estos colores se les confería una función social, permitiendo incluirlos en toda clase de sistemas y rituales.
M. Pastoureau.

Desde Aristóteles hasta nuestros tiempos diferentes teorías intentan explicar qué es el color y cómo se produce y muchas ciencias como la física, la química, la psicología y la historia se dedican a eso.

Los colores pueden hacernos sentir infinidad de emociones

El color amarillo en la historia

El color amarillo ha sido tradicionalmente el color maldito por excelencia en Europa, por contraste con China, donde era tradicionalmente el color imperial. Michael Pastoureau constata que, a pesar de ser un color atractivo para los niños, que lo utilizan ampliamente en sus dibujos, el efecto cultural hace que abandonen estas simpatías al crecer:

A partir de una cierta edad, todo el mundo tiene en cuenta más o menos inconscientemente la mirada de los demás y adopta los códigos y las mitologías en vigor. Así, los gustos de los adultos ya no son espontáneos, sino que están tergiversados por el juego social e impregnados por las tradiciones culturales.

M. Pastoureau

El amarillo en la Antigüedad era un color popular, en la cultura romana se encontraba a mujeres llevando ropas de este color para acudir a bodas u otros eventos de importancia. Los egipcios lo consideraban un color importante, no sin motivo, pues evocaba el sol, lo que hizo que buscaran nuevos pigmentos de él, así se consiguieron el oropimente y el amarillo Nápoles. La maldición del amarillo tiene especialmente que ver con el vestido, seguramente por la carga cultural que arrastramos desde la Edad Media, y se extiende también a la decoración. Pero no parece afectar a la pintura, el diseño gráfico o la publicidad, en la que está presente.

Durante la edad media es cuando se produce en Occidente la construcción cultural del amarillo como color de la traición. Según Michael Pastoureau, esto tiene que ver con su competencia con el dorado. El dorado, brillante, es en la mentalidad medieval el color de la luz, del calor, la energía. El amarillo, apagado, es un falso dorado y acumula todas las connotaciones negativas. También la literatura viste de amarillo los caballeros traidores, como el Ganeló de la Canción de Roldán. El simbolismo del amarillo está muy ligado a la construcción de la baja edad media de la figura de Judas y la emergencia de una sociedad cada vez más represora.

A partir del siglo XII Judas toma importancia como símbolo de la traición y se representa vestido de amarillo. Tras el fracaso de las cruzadas en Oriente Próximo la Iglesia católica y los reinos cristianos europeos empezaron a buscar enemigos interiores. Los diversos concilios Reims, 1148; Montpellier, 1162; Letrán III, 1179; Verona, 1184; Letrán IV, 1217 - hechos durante los siglos XII y XIII estimularon la exclusión y la persecución de herejes, judíos y leprosos. Se prohíben los matrimonios mixtos entre cristianos y judíos y se estipula que éstos deben llevar un distintivo que los identifique como tales.

El beso de Judas, De Giotto - http://geoffwren.blogs.com/photos/museum/kiss_of_judas.html ] [dead link], Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=94630

La figura de Judas es la que transmite el simbolismo negativo del amarillo en las comunidades judaicas ya los proscritos en general. Prostitutas, madres solteras o morosos estaban obligados a llevar un distintivo amarillo en algunas ciudades. La señal de la estrella amarilla que los nazis impondrían a los judíos en los guetos y campos de concentración en el siglo XX es la recuperación de este simbolismo medieval.

El lazo amarillo, y el color amarillo

El lazo amarillo es un símbolo que consiste en una tira de tela amarilla cuyos dos extremos están cruzados. A lo largo de la historia, se ha utilizado para diversas reivindicaciones.

Lazo amarillo reclamando la libertar de los activistas Jordi Sánchez y Jordi Cuixart encarcelados,
De Barenaked - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=63847520

En Cataluña a primera referencia conocida del uso de escarapelas de color amarillo se encuentra en el año 1704, por la referencia a que el virrey de Cataluña Francisco Antonio Fernández de Velasco y Tovar prohibió su uso partidista durante la guerra de Sucesión, para evitar la publicidad del bando que las usaba " Creando discordias entre las familias".

Siglos más tarde, el lazo amarillo se usó en España para reivindicar el derecho a decidir de Cataluña. En este sentido, los senadores por CiU lucieron lazos amarillos en octubre de 2014.

Un año antes, en la manifestación del 11 de septiembre (dia nacional de Cataluña) de 2013, más de un millon y medio de personas enlazaron sus manos a las 17.14 horas (en referencia a los hechos de 1714) y completaron una masiva cadena humana de norte a sur del país (Cataluña). Las imágenes aéreas de televisión a media hora del punto horario simbólico ya mostraban cómo se iba dibujando una enorme cadena amarilla en los puntos más neurálgicos del territorio, a lo largo de casi 800 tramos situados en su mayoría siguiendo las carreteras N-II y N-340. De esta forma; la Sagrada Família, la playa de Barcelona, el Camp Nou, la catedral de Girona, el Teatre-Museu Dalí de Figueres, la autovía del Maresme, el arco de Berà de Tarragona, el puente sobre el Ebro de Amposta y otros muchos lugares de postal fueron escenario de una masiva manifestación pacífica.

Manifestación del 11 de septiembre (día Nacional de Cataluña) de 2013,
cadena humana "la via catalana".

El 16 de octubre de 2.017, día en el que se encarcelaron Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural pidieron hacer uso de lazos amarillos para pedir la liberación de los políticos catalanes presos.

Desde que se promueve el uso, el 16 de octubre de 2017, ha habido varios actos reivindicativos donde se ha utilizado en diferentes modalidades y formatos, incluyendo pequeños lazos para llevar a la ropa, lazos gigantes desplegados en lugares públicos, sillas vacías con un lazo amarillo o gente agrupada en forma de lazo en concentraciones.

Entre las personalidades públicas de los Països Catalans que se han sumado a la iniciativa a nivel individual que lleva el lazo en el pecho hay políticos, activistas y personalidades de primera línea pública como el entrenador de fútbol Josep Guardiola.

El 24 de noviembre de 2017 la Junta Electoral Central del Reino de España adoptó el acuerdo que impide llevar el lazo amarillo a los interventores, apoderados y miembros de las mesas electorales de las elecciones al Parlamento de Cataluña de 2017. El acuerdo fue adoptado a instancia de una consulta realizada por el Partido de los Socialistas de Cataluña. Este hecho desencadenó una campaña pidiendo el uso del color amarillo en las redes sociales como protesta por esta decisión.

En la final de la Copa del Rey de 2018 se requisaron camisetas amarillas y esteladas. La Policía española requisó camisetas amarillas, carteles que demandaban libertad y esteladas antes de la final de la Copa del Rey, celebrada en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid. Entidades como Òmnium Cultural y ANC habían llamado a manifestarse con las camisetas amarillas en el partido entre el Sevilla y el Barça.

La propia ANC era de las primeras en denunciar lo que estaba sucediendo a las puertas del Wanda Metropolitano, alertando de que el Gobierno español decide hasta cómo se debe ir vestido a la final de la Copa del Rey.

El año 2019 a raíz de las Elecciones generales españolas la Junta Electoral Central del Reino de España prohibió a la Generalitat y al Ayuntamiento de Barcelona exhibir el lazo amarillo en la fachada. La Generalitat, hizo caso omiso. El ayuntamiento de Barcelona sí retiró el lazo amarillo de la fachada. El President de la Generalitat está pendiente de juicio por este hecho.

Colores y política en España

En la política española el color azul simbolizó a la Falange (extrema derecha) y a sus camisas azules; por su parte, el rojo ha sido utilizado como símbolo de la Revolución, del Materialismo, de la extrema izquierda, de las Internacionales Obreras, y el negro asociado a los partidos católicos conservadores y el verde a los monarquistas y más tarde a los ecologistas. Mientras que el amarillo, que hasta ahora no tenía espacio político, parece ser que ya ha adquirido su "nuevo" simbolismo.

Si Piolín (un pajarito amarillo) se convirtió en un símbolo del 1-O, el amarillo es, a pesar de las prohibiciones, el símbolo de la libertad de los presos políticos, y por extensión del movimiento independentista catalán.